Crítica: Calle Cloverfield 10

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Escribir una crítica sobre esta película sin contar nada de su argumento es difícil, pero también es lo más adecuado. Calle Cloverfield 10 (10 Cloverfield Lane) se disfruta más cuando menos se sabe sobre ella, entrando a la sala de cine (o dando al play en casa) a ciegas, sin saber exactamente qué nos espera en la oscuridad. Claro que, aunque no conozcamos detalles de la trama, será fácil imaginarnos qué tipo de propuesta es Calle Cloverfield 10 conociendo los datos externos a la historia. Veamos.

Se trata de una secuela “en espíritu” de la película de 2008 Monstruoso (Cloverfield), una suerte de continuación no lineal de su universo, que nos propone una historia completamente nueva bajo el paraguas de la denominación, ya convertida en marca, “Cloverfield”. Es decir, Calle Cloverfield 10 sería como un nuevo capítulo de una antología fantástica y de ciencia ficción, con actores nuevos y sin continuidad narrativa. Es decir, un nuevo episodio de “The Cloverfield Limits”.

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La palabra “Cloverfield” es prácticamente sinónimo de J.J. Abrams y Bad Robot (su productora), un concepto que aúna los mismos principios y leit motivs que han caracterizado la (ya extensa) producción del creador de Perdidosy que se resume una vez más en la idea de la caja de Abrams: la caja representa una historia de la que no conocemos sus contenidos, y lo emocionante es ir descubriendo lo que hay en ella. Es decir, que el viaje es más importante que el destino. Esta es la noción sobre la que se sustentan la mayoría de historias producidas por Abrams, y eso es también lo que nos encontramos en Calle Cloverfield 10, donde el desconocido Dan Trachtenberg toma el relevo de Matt Reeves, y Damien Chazelle (Whiplash) se encarga de completar el guion de Matthew Stuecken y Josh Campbell, mientras que Abrams, Reeves y Drew Goddard (guionista de Monstruoso) siguen en la producción ocupándose de que “la visión” prevalezca.

Sin embargo, en el caso de Calle Cloverfield 10, la fórmula de la caja ha sido perfeccionada. Este tipo de narración, donde las preguntas y las sorpresas incentivan la historia pero a menudo también la lastran, ocurre que en muchas ocasiones la expectación se traduce en decepción o anticlímax cuando llega la conclusión y esta no está a la altura (o queda inacabada, como un puzle al que le faltan piezas, guiño más que autoconsciente de la película al estilo de Abrams). Afortunadamente, esto no ocurre en Calle Cloverfield 10, donde la historia es algo más que una acumulación de ideas, enigmas y “shocks”. Puede que su desenlace no convenza a muchos, pero es uno de los más coherentes de la producción “misteriosa” de Bad Robot, un final con el que deja los cabos justos por atar, que ofrece clausura emocional satisfactoria para su protagonista (Mary Elizabeth Winstead) e incluso tiene mimbres para convertir la película en saga; algo que seguramente no pasará, porque seguirán explorando el concepto “antología”, pero que, si así fuera, podría dar muchísimo de sí.

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Aunque esto no ocurra, Calle Cloverfield 10 quedará como una obra bastante redonda, una excelente cinta de suspense que demuestra el poder de las ideas sobre la pirotecnia. Con un magnífico trabajo de cámara que saca el máximo partido al reducido espacio con el que cuenta, un orgánico acompañamiento musical a cargo del exhaustivo Bear McCreary y un guion que se retuerce con giros que nos mantienen alerta en todo momento, Calle Cloverfield 10 maneja la tensión con maestría. La película deja al espectador continuamente en el borde del asiento, obligándole a desear saber más, haciendo que se involucre en la historia (y el juego abramsiano que plantea) y adopte el (desinformado y desorientado) punto de vista de Michelle (Winstead) para intentar dilucidar qué es verdad y qué es mentira. Pero lo mejor es que, además de ese juego (salpicado de un humor negro que recuerda a la reciente La visita de Shyamalan), el film ofrece varias lecturas más allá del simple “cuento post-apocalíptico”, componiendo un (otro) relato sobre el miedo a “los otros” (con la paranoia post-11S aun resonando) y el terrorismo doméstico de la masculinidad patriarcal, temas perfectamente representados en dos de los mejores personajes que nos ha dado el género últimamente. Una mujer que toma posesión de sí misma para dejar de huir de sus problemas (perfecta Winstead), y un lunático memorable al que da vida un extraordinario John Goodman.

Calle Cloverfied 10 es un thriller claustrofóbico y desconcertante que divierte enormemente sin por ello sacrificar la seriedad de sus temas y el desarrollo de sus personajes (“Yo veo Cloverfield por los personajes”). El éxito de la película plantea una nueva forma de hacer blockbusters fantásticos, otro tipo de “cine evento” que es posible con un presupuesto reducido, gracias a una campaña publicitaria inteligente y por encima de todo, ideas “fuera de la caja”.

Valoración: ★★★★

Crítica: Marte (The Martian)

THE MARTIAN

¡El primo de Ridley Scott ha vuelto! El director de Blade RunnerAlien lleva varios años encadenando proyectos decepcionantes (los más recientes: la vapuleada Éxodus: Dioses y reyes, la infumable El consejero, y la película con más agujeros de guion de la última década, Prometheus). Es algo a lo que estamos acostumbrados, pero sabiendo que Scott es uno de los mejores en su oficio nos preguntábamos cuándo volvería a poner su innegable talento tras la cámara al servicio de una buena historia. La respuesta llega en 2015, o mejor dicho, en 2035, con la adaptación cinematográfica de la aclamada novela El marciano, de Andy Weir, “el mejor libro de ciencia ficción de los últimos años” según el Wall Street Journal y otro puñado de medios importantes. En España simplemente titulada Marte (El marciano, aunque parezca mentira, puede echar para atrás a muchos espectadores casuales), The Martian es una espectacular epopeya espacial que nos lleva al Planeta Rojo, un viaje que el cine ya nos ha propuesto en varias ocasiones, pero nunca con tanto realismo y emoción.

Adaptada por Drew Goddard (MonstruosoLa cabaña en el bosque), Marte es la historia del astronauta norteamericano Mark Watney (Matt Damon), uno de los miembros de la misión Ares III al cuarto planeta a la derecha. La expedición, dirigida por la comandante Melissa Lewis (Jessica Chastain) con una tripulación formada por un competente y ecléctico grupo de expertos (Sebastian Stan, Kate Mara, Aksel Hennie y Michael Peña), sufre un grave contratiempo cuando una brutal tormenta de arena obliga a los astronautas a abandonar antes de tiempo el planeta, dejando atrás a Watney, al que dan por muerto. Sin embargo, este ha sobrevivido y ahora se enfrenta solo al reto de subsistir allí con escasas provisiones (palabra clave: patata) mientras encuentra la manera de contactar con la Tierra para que lo rescaten. La determinación, inteligencia y habilidad de Whatney (conveniente y afortunadamente doctor en botánica) alargan su estancia en Marte, convirtiéndolo en el primer colono del Planeta Rojo, en el primer terrícola con “nacionalidad” marciana.

Marte asume el reto de abarcar un extenso periodo de tiempo en un metraje de casi dos horas y media, y logra que parezcan mucho menos gracias a un guion dinámico y un montaje excelente en el que se hace muy buen uso de la elipsis. El film intercala la aventura del Robinson Crusoe espacial con los tejemanejes de la NASA, desde donde el director de la Administración (Jeff Daniels clavando al demonio corporativo) y su equipo de especialistas y consejeros (Sean Bean, Chiwetel Ejiofor, Kristen Wiig) trazan un plan de rescate que, como mandan los cánones del thriller espacial, se encuentra con el mayor número posible de obstáculos y peligros. Esta estructura narrativa que nos hace saltar de un planeta a otro continuamente beneficia al ritmo de la película (resulta muy curioso observar cómo desde la NASA van adivinando los pasos de Watney y cómo van trabajando paralelamente hacia el mismo objetivo). Goddard estructura con acierto la historia, enraizándola en el realismo científico, pero evitando que las explicaciones, los agujeros de guion y las licencias dramáticas acaben lastrando la película (como ocurrió para muchos con la reciente Interstellar). Debido a la naturaleza del relato, es inevitable que el film se alargue demasiado en varios tramos, pero por lo general, Marte mantiene en vilo de principio a fin.

THE MARTIAN

Es importante aclarar que no estamos ante una película revolucionaria o visionaria (cinematográficamente hablando). Su mayor ambición no es la de marcar un antes y un después en la ciencia ficción, su principal objetivo es el espectáculo, el entretenimiento para el gran público. Y lo cumple con creces. Marte no pretende romper moldes, es “solo” un impresionante blockbuster de acción, pero uno además inteligente, apasionante y divertido, algo que ya es más difícil de encontrar. Ni que decir tiene que el film es visualmente apabullante y tiene secuencias sobrecogedoras (el clímax es pura emoción y deja al borde del infarto, acercándose más a la experiencia inmersiva de Gravity). Pero es que además, Marte es una estupenda comedia, gracias sobre todo a Watney, que aporta la nota guasona en su vídeo-diario, deleitándonos con referencias geek (a Marvel principalmente, que para eso está Simon Kinberg en la producción) y una banda sonora a base de música disco de los 70 (cortesía del personaje de Chastain, ultrafan de ABBA) con la que la película se reafirma en su naturaleza cachonda.

Scott cuenta con un amplio reparto de estrellas de Hollywood y talentos consagrados y emergentes, y el guion de Goddard se encarga de caracterizarlos a todos y darles un rol que desempeñar (llaman la atención dos rostros televisivos como Donald Glover o Mackenzie Davis en papeles pequeños pero cruciales en la historia). Sin embargo, Damon es el absoluto protagonista de Marte y los demás personajes están supeditados a él y a su misión de rescate en todo momento. Por suerte, el actor construye a un personaje carismático, lleno de matices, muy potente físicamente, y con una trayectoria personal interesante: un toque pasivo-agresivo y antipático al principio, carácter resoluto pero algo volátil la mayor parte del tiempo, y ya en la recta final, Damon despliega todo un rango de emociones -desesperación, miedo, resignación, agotamiento- superando con nota la prueba interpretativa que Scott le plantea.

Marte aúna la frialdad técnica de Gravity y el sentimentalismo de Interstellar, pero mantiene a raya ambos aspectos para encontrar un buen equilibrio entre el rigor científico y el dramatismo. Es decir, apela a las emociones, pero no nos zarandea para conmover a la fuerza ni nos empalaga. La acción es sobresaliente, las charlas técnicas y políticas no se hacen pesadas (en ellas hay bastante sátira y algo de pitorreo), y el componente humano del relato está muy trabajado. En definitiva, Marte es una de las óperas espaciales más cautivadoras de los últimos años, una historia épica de superación, de compañerismo (y una pizca de colonialismo yanqui, claro) que nos devuelve a Ridley Scott en plena forma en el género donde más ha destacado. Esta es una de esas películas que se deben ver en una pantalla de cine (IMAX, 3D, todo lo que haga falta para amplificar la experiencia), o en su defecto, en una de esas súper televisiones que nos permitan sumergirnos en ella. La relativa proximidad en el tiempo de la historia (para 2035 no queda tanto) nos hace pensar que algún día seremos testigos del primer paso del hombre en Marte. Mientras no lo veamos en las noticias, dejemos que el cine nos haga soñar con que algún día lo haremos.

Valoración: ★★★★

Daredevil: En los callejones oscuros de Marvel

Daredevil Matt Karen

A estas alturas, pocos quedaréis por ver la primera serie de Marvel Studios para NetflixDaredevil. Su primera temporada se estrenó íntegra el pasado 2 de abril, 13 episodios que muchos devoraron ese mismo fin de semana y otros hemos dosificado a nuestro antojo (o según nos permitían nuestros horarios). Lo mejor de todo es que Daredevil es una serie idónea para ambas cosas. Se presta al binge-watching con una trama única y arcos de personajes para toda la temporada, pero también es una ficción pausada, un relato que se cuece a fuego lento e invita a ser saboreado con sus tiempos de reposo entre episodios. Lo que está claro es que, no importa cómo la hayamos visto, la impresión generalizada es positiva y el clamor popular dice que ya era hora de que tuviéramos una serie de superhéroes para adultos.

Porque Daredevil llega al panorama televisivo con la intención de desmarcarse de sus compañeras y rivales catódicas de Marvel y DC, para acercarse más a la ficción televisiva de calidad y sin censura (ojo, no son sinónimos) que podemos encontrar en las cadenas de pago. Prácticamente todas las series basadas en cómics actualmente en antena poseen un aire juvenil, y se encuentran en canales cuya programación está encorsetada dentro de unas normas inquebrantables, o bien orientada al público adolescente, como es el caso de CW. Agents of S.H.I.E.L.D., Arrow o The Flash funcionan bien, pero no dejan de ser pasatiempos ligeros (nada de malo en ello, que conste). Incluso Gotham, que en teoría es la más oscura de todas, es también con diferencia la más infantil.

Daredevil se adentra en las sombras del Universo Cinemático de Marvel para explorar, pero de verdad, los grises morales de sus personajes y el entorno en el que se desenvuelven, sin miedo a encontrarse con el mismísimo rostro del diablo en los callejones de Hell’s Kitchen, y aunque tiene bastante humor, es la seriecómic más nolanizada del momento (al fin y al cabo Daredevil es el Batman de Marvel). El MCU se caracteriza por ser luminoso y colorista, y también por no empujar sus historias hasta las últimas consecuencias. Las muertes no son definitivas, la violencia está muy estilizada y digitalizada, y los villanos suelen ser más operísticos que reales. Esto no ocurre en Daredevil, principalmente porque cuenta con 13 horas para edificar una parcela de ficción con muchos menos elementos que conjugar y construir unos personajes más complejos (hasta tiene tiempo para desarrollar toda una mitología alrededor del traje, cosa que en el cine suele quedar obligatoriamente como algo más anecdótico). Y también porque transcurre muy al margen de la continuidad del UCM, a pesar de que la Batalla de Nueva York es utilizada para explicar la decadencia del micro-universo de Hell’s Kitchen.

Wilson Fisk

Los 13 episodios que conforman la primera temporada de Daredevil están organizados como un primer capítulo dentro de la trayectoria del héroe enmascarado -y con el transcurso del relato, también de su archienemigo. Es decir, estamos ante una origin story, un Año Cero del superhéroe de Marvel, su nacimiento. Hasta el último capítulo de la temporada no lo vemos enfundado en su traje, como tampoco oímos su alias superheroico definitivo. Daredevil es la historia de Matt Murdock (Charlie Cox), de cómo un abogado ciego con infancia traumática (los flashbacks están muy bien dosificados) y una relación complicada con la fe se convirtió en el Hombre de Negro (temerario ninja en spandex) o el Demonio de Hell’s Kitchen, azote enmascarado de la mafia (qué mal parados salen los rusos y los chinos). Paralelamente, la serie va otorgando cada vez más protagonismo a Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio), hasta llegar a un punto en el que Daredevil es la serie de Murdock y Fisk, la historia de cómo dos hombres atrapados por su pasado escogen caminos opuestos. Claro que lo más interesante de Daredevil es que, aunque Murdock esté configurado como el héroe y Wilson como el villano, la senda del bien y del mal se cruza continuamente en la serie, haciéndonos ver a estos personajes como seres humanos reales, decididamente ambivalentes, en la tradición de la quality television.

Daredevil es una serie de hombres (que no “para hombres”). Aunque hay personajes femeninos importantes y mujeres fuertes (Madame Gao, Vanessa), estas se mantienen más bien en segundo plano, mientras Matt Murdock y Wilson Fisk comparten el centro del escenario. Las dos mujeres de Matt son pilares esenciales de su vida, pero su peso narrativo es mucho menor del que me hubiera gustado: Karen Page (fantástica Deborah Ann Woll) protagoniza un arco secundario importante para la trama pero algo descolgado de la serie y Claire Temple está bastante desaprovechada. Claro que todo apunta a que Karen estará más involucrada en el mundo de Daredevil en la próxima temporada, y esperamos ver más a Rosario Dawson, porque si bien la historia va encaminada al emparejamiento de Matt y Karen, es con Claire con quien el protagonista tiene esa química animal que nos gusta ver en pantalla.

Daredevil Matt Claire

Como hemos dicho, el humor también forma parte de Daredevil. El alivio cómico oficial de la serie es Foggy Nelson (Elden Henson), el compañero de Matt en la universidad con el que funda el bufete de abogados Nelson & Murdock (“Avocados at Law”), punto de partida de la historia. Foggy y Karen llevan el peso del bufete, y por tanto de la trama secundaria que sustenta Daredevil, mientras Murdock está fuera defendiendo la ciudad de malhechores y montándoselo con la enfermera (la serie explora con acierto la vertiente donjuanesca de Murdock, así como también potencia el escultural físico de Cox, en la tradición objetivadora masculina más reciente de Marvel). La amistad entre el nerd y la chica de sus sueños aporta la luz a un relato eminentemente sombrío, contribuyendo a evitar que la serie caiga en las redes de la autoindulgencia y la pomposidad afectada de otros productos similares.

A pesar de suponer una desviación dentro del UCM y de las series de superhéroes en general, Daredevil recorre todos los lugares comunes del género y visita los temas clásicos del mito del “vigilante nocturno”, incluyendo la chica que se enamora del héroe sin saber que trabaja con él o el punto de inflexión en el que los medios reconfiguran al justiciero como el enemigo, como una amenaza para la ciudad. Pero afortunadamente, la serie sabe manejar estos elementos desde una perspectiva más madura. Por ejemplo, su uso de los medios de comunicación se acerca más al entramado que podemos ver en House of Cards que a la caricatura de Spider-Man. Como decíamos antes, en Daredevil se siente más el peligro, y esto ocurre, entre otras razones, porque no evita mostrar las verdaderas consecuencias del “juego” de poder que tiene lugar en la ciudad.

Y es que si por algo llama la atención sobre todo Daredevil es por su representación de la violencia, sin duda la más gráfica y explícita que hemos visto en un producto audiovisual de Marvel. La influencia de los cómics de Frank Miller se hace palpable en todo momento. Daredevil no tiene problemas en mostrar desmembramientos y decapitaciones, o sangre brotando a borbotones. Hay dos escenas en concreto que han pasado a la posteridad catódica por su brutalidad. En primer lugar el salvaje asesinato de uno de los matones rusos (Anatoly) a manos de su jefe, Wilson Fisk, que golpea repetidamente su cabeza con la puerta del coche hasta aplastarla y separarla de su cuerpo, como arrebatado por un terrorífico trance psicótico; sin duda la escena con la que el espectador conoce hasta dónde está dispuesto a llegar el villano, y también la serie. Y en segundo lugar, el icónico combate en el pasillo del segundo episodio, un impresionante plano secuencia prolongado que ha despertado lógicas comparaciones con Oldboy The Raid. No cabe duda de que Daredevil está fuertemente influenciada por el cine oriental, desde la figura del sensei (también ciego) y el entrenamiento de corte espiritual al que se somete el héroe, a las vertiginosas coreografías con grandes dosis de artes marciales. Sin duda, la sofisticación de la violencia y el virtuosismo con el que se llevan a cabo los combates cuerpo a cuerpo en esta serie hacen que la ficción televisiva alcance un nuevo nivel en cuanto a las escenas de acción.

Daredevil traje

Detrás de Daredevil nos encontramos un nombre conocido, Drew Goddard, segundo de abordo de Joss Whedon (que ha enchufado a todos sus amigos y familiares en Marvel) y director de La cabaña en el bosque. Goddard fue uno de los guionistas de Angel, el spin-off de Buffy, cazavampiros, y no es de extrañar que en Daredevil nos encontremos con motivos parecidos, coincidencias argumentales entre ambas series y sobre todo formas similares de plasmarlo en pantalla. Por ejemplo, el equipo formado por Matt, Foggy y Karen y su dinámica interna nos recuerda a la formación original del Angel Investigations, y los dilemas existenciales de Murdock son análogos a los de Angel: la delgada línea entre el bien y el mal que define su “trabajo”, la necesidad de mantenerse alejado de una tentación para no volverse malo (Murdock evita matar para no caer definitivamente al lado oscuro). Los fans de la serie de Joss Whedon encontrarán un aliciente extra en Daredevil, aunque no será porque haga falta.

Daredevil es un producto televisivo muy cuidado en todos los aspectos, una serie clásica en sus planteamientos, pero muy novedosa y excitante en el contexto actual de Marvel. Un noir bien hecho, con un protagonista muy convincente (Charlie Cox es el Matt Murdock perfecto) y un antagonista que ha supuesto una auténtica revelación (he de confesar que Fisk me aburría soberanamente al principio y no soportaba sus escenas y diálogos a “cámara lenta”, pero me fue agarrando con el tiempo). Conforme la serie avanza, y sobre todo durante su emocionante recta final, nos atrapa en el centro de una fascinante batalla de poder que apenas acaba de empezar, y nos invita a perdernos en los vericuetos más oscuros y escabrosos del Universo Marvel, algo que en estos momentos solo podía ocurrir en televisión.

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Este sorteo ya ha finalizado. Atentos a fuertecito no ve la tele para futuros sorteos.

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LA CABAÑA EN EL BOSQUE estará disponible en Blu-ray y DVD a partir del 11 de diciembre. Gracias a GOOD FILMS y La Aventura Audiovisual podemos añadir una de las películas del año a nuestra videoteca. La cabaña en el bosque (The Cabin in the Woods, 2012) se ha convertido en una de las cintas de culto más importantes de los últimos años y viene avalada por el nombre de Joss Whedon en labores de guion y producción, además de estar dirigida por Drew Goddard (Buffy cazavampiros, Guerra Mundial Z).

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Para celebrar el lanzamiento de La cabaña en el bosque por primera vez en España fuertecito no ve la tele el 11 de diciembre, GOOD FILMS y La Aventura Audiovisual queremos regalar la película a dos de vosotros.

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De entre todos los participantes en el blog y en Facebook se elegirán dos ganadores al azar que recibirán en su casa una copia en Blu-ray de LA CABAÑA EN EL BOSQUE cada uno, sin gasto alguno por su parte. No olvidéis incluir vuestro correo electrónico en el formulario de respuesta del blog (no aparecerá público). En Facebook no es necesario. Solo contará una participación por dirección IP

El sorteo finaliza el viernes 13 de diciembre de 2013 a las 23:59 (hora peninsular española). El ganador será anunciado a lo largo del fin de semana posterior en nuestra página de Facebook (aseguraos de que sois seguidores para estar al tanto de todo; No es un requisito para participar, pero seguro que no os arrepentís :P).

Importante: concurso exclusivo para residentes en territorio español. ¡Mucha suerte!

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La cabaña en el bosque es uno de los mejores estrenos del año según FNVLT, una absoluta gozada de género que mejora con cada visionado. Recientemente estrenada en cine en nuestro país, la película de Goddard ha disfrutado de una gran recepción por parte de la crítica, consolidándose como una de las películas de terror fantástico más importantes de los últimos años. Estas son algunas de las cosas que dijimos sobre La cabaña en el bosque cuando se estrenó:

“A estas alturas de la película, La cabaña en el bosque ya no es solo una revelación de culto, sino que va camino de convertirse por derecho propio en un clásico“.

La cabaña en el bosque es una comedia de terror (con un pie en el sci-fi) que desarma los mecanismos argumentales del género en un astuto ejercicio de deconstrucción (o autopsia) narrativa. Aportando una visión fresca y original como hiciera Pesadilla en Elm Street (Wes Craven) en los 80, o revitalizando el género con altas dosis de sátira y humor meta, como Scream en los 90 (también de Craven), La cabaña en el bosque aporta una nueva perspectiva que reajusta nuestras expectativas (no sin antes manipularlas habilidosamente) y condiciona toda la producción terrorífica posterior”.

“[Whedon y Goddard] se adueñan de todos, absolutamente todos, los lugares comunes del slasher, y orquestan un inteligente espectáculo de tramoya que no cesa en ningún momento de sorprender y sublimar“.

Podéis leer la crítica completa aquí.

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Recordad, LA CABAÑA EN EL BOSQUE está disponible en Blu-ray y DVD a partir del 11 de diciembre de 2013. A continuación tenéis los detalles del lanzamiento:

La cabaña en el bosque Blu ray EspañaCaracterísticas técnicas:

Contenido: 1 disco
Imagen: 2.40:1 1080p
Audio: Inglés (Dolby Digital 5.1), Castellano (Dolby Digital 5.1)
Subtítulos: Castellano

Contenidos adicionales:

  • Making of – No somos los que somos (28 min).
  • El almacén secreto – Visita con Joss Whedon y Fran Kranz por el set de rodaje (13 min).
  • Ejército de pesadillas – Maquillaje y efectos animatrónicos (12 min).
  • Terror primario – Efectos especiales (12 min).
  • Tráiler.

Crítica: La cabaña en el bosque

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A estas alturas de la película, La cabaña en el bosque (The Cabin in the Woods, 2011) ya no es solo una revelación de culto, sino que va camino de convertirse por derecho propio en un clásico prematuro. La historia detrás de este accidentado proyecto de Joss Whedon (producción y guion) y Drew Goddard (dirección y guion) es conocida por todos. El periplo de los autores para llevarla a la gran pantalla en su país de origen (donde tardó más de un año en estrenarse) no es nada comparado con lo que el fan español ha tenido que esperar, y aguantar. Después de más de un año mareando la perdiz (de truncado estreno en cine pasó directamente a lanzamiento doméstico para ser cancelado indefinidamente antes de ver la luz), GOOD FILMS rescata la película del limbo de la distribución en España para brindarnos la oportunidad de disfrutar de este título imprescindible del terror actual en cine, lugar al que siempre perteneció. No importa si la hemos visto ya, queríamos (necesitábamos) experimentarla en pantalla grande (más allá de festivales o muestras), inmersos en la oscuridad de una sala. Y nuestros gritos desesperados por fin han sido escuchados.

La cabaña en el bosque cartel españolNada más iniciar su largo y tumultuoso recorrido comercial, La cabaña en el bosque adquirió de inmediato el calificativo de película de culto. Puede que los nombres detrás el proyecto tuvieran algo que ver. Sin embargo, la clave en este caso no es el factor Whedon (Goddard además es uno de sus más fieles segundos de abordo), sino el hecho de que la película lograra marcar un antes y un después en el fantástico, a pesar de los obstáculos en su camino. La cabaña en el bosque es una comedia de terror (con un pie en el sci-fi) que desarma los mecanismos argumentales del género en un astuto ejercicio de deconstrucción (o autopsia) narrativa. Aportando una visión fresca y original como hiciera Pesadilla en Elm Street (Wes Craven) en los 80, o revitalizando el género con altas dosis de sátira y humor meta, como Scream en los 90 (también de Craven), La cabaña en el bosque introduce una nueva perspectiva que reajusta nuestras expectativas (no sin antes manipularlas habilidosamente) y condiciona toda la producción terrorífica posterior. Lo pudimos comprobar recientemente en la nueva versión de Evil Dead, que se ponía las pilas y optaba por la seriedad para contar por enésima vez la historia que La cabaña en el bosque acababa de explicar y desmitificar (siempre desde el respeto y la pasión por el género).

La cabaña en el bosque es un sólido entretenimiento con momentos de loca diversión, pero también de gran lucidez y capacidad analítica, que articula a la perfección lo que el espectador, cada vez más ducho y escéptico, siente al ver el tipo de películas que esta parodia. Whedon y Goddard se lo pasan genial y no dejan títere con cabeza. Se adueñan de todos, absolutamente todos los lugares comunes del slasher, y orquestan un inteligente espectáculo de tramoya que no cesa en ningún momento de sorprender y sublimar. Juegan con sus personajes, desmontan deliciosamente los arquetipos, para reflexionar jocosamente sobre los clichés que los conforman. Y construyen con gran detallismo, argucia y sentido del humor un argumento que fluye espectacularmente durante los aprovechadísimos 95 minutos que dura el film. La cabaña en el bosque es además una de esas películas que adquieren mayor sentido y empaque con los repetidos visionados. La cuarta vez que me he adentrado en la cabaña con el deportista, el empollón, la zorra, el fumado y la virgen es, sin lugar a dudas, la que más he disfrutado. Esto dice mucho de una película que se debe experimentar por primera vez sabiendo lo menos posible sobre ella (de ahí que no incluya aquí detalles sobre la trama, aunque me muera por darle el capricho a Whedon analizando hasta la última coma). En lugar de desmerecer por la ausencia del factor sorpresa, La cabaña en el bosque gana cada vez que se ve, confirmándose como la película de terror más importante de los últimos años.

Valoración: ★★★★½