Cómo conocí a vuestra madre: Un high five para la eternidad

Last Forever Part One

Una película del montón puede quedarse en la memoria para siempre si tiene un final impactante. Si un ensayo mediocre se remata con una frase final perfecta, la valoración sobre el texto será más positiva. Y de la misma manera, si una serie que ha estado en antena la friolera de nueve años, con sus más y sobre todo sus menos, termina con un episodio final para el recuerdo, será más fácil olvidar todo lo malo y quedarse con lo bueno. Mi relación con Cómo conocí a vuestra madre (How I Met Your Mother) ha sido de amor amistad-odio desde la cuarta temporada, y en sus últimos años me ha resultado muy difícil recordar por qué un día fuimos amigos. Con “Last Forever” he conseguido perdonar el insoportable estiramiento y la progresiva pérdida de gracia de la serie, gracias a un final redondo que incide en el aspecto más amargo y real de esta historia, precisamente lo que más me ha gustado siempre de ella. Y así, echando la vista atrás y haciendo balance, no puedo sino expresar mi profunda admiración por unos guionistas que han sabido elaborar un magnífico plan narrativo a largo plazo en el que todas las piezas han acabado encajando, y que han mimado su historia y a sus seguidores con un detallismo virtuoso.

Siempre he dicho que Cómo conocí a vuestra madre quizás debería haber sido una dramedia, puesto que cuando más brillaba era cuando se proponía conmover y entristecer al espectador con los reveses que el destino le tenía reservado a sus protagonistas. Por eso, durante la recta final de la serie, y después de una novena temporada fallida por lo general, tuve la corazonada de que Cómo conocí a vuestra madre se despediría haciendo lo que mejor se le ha dado siempre, tocando la fibra sensible, dando con la nota emocional adecuada. Tenía la certeza de que “Last Forever” sería un buen final, pero lo que no imaginaba es que sería tan arriesgado (paradoja teniendo en cuenta que estaba pensado desde el principio), tan melancólico, y tan polémico. Al igual que otro ambicioso final de sitcom, el de Will & Grace, la series finale de Cómo conocí a vuestra madre es una coda tremendamente agridulce, poco complaciente, pero muy coherente con las trayectorias de sus personajes. “Last Forever” duele, incluso enfurece, porque no es un final de cuento de hadas, es un final que transcurre dentro de los límites de la realidad.

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A través de constantes -y emocionalmente agotadores- saltos, ahora casi exclusivamente hacia adelante, el final de Cómo conocí a vuestra madre nos muestra cómo estos cinco amigos se enfrentan al paso del tiempo y luchan por mantener el contacto, aunque sea solo en los acontecimientos más importantes de sus vidas. Lily es el pegamento que intenta mantener a la pandilla unida por todos los medios. Pero es complicado cuando hay niños, cuando hay mudanzas, cuando no hay suficientes horas en el día y las prioridades cambian. Life happens. Mientras Lily y Marshall se mantienen como la pareja más sólida de la sitcom moderna, el resto de personajes lidian con las consecuencias de sus decisiones, afrontan los cambios y se resignan a lo que no puede cambiar. Pero todos, cada uno a su ritmo, acaban dando con aquello que les proporcionará la clave para ser feliz. En la que quizás es la escena más desarmante y enternecedora del episodio, Barney halla en la paternidad la garantía de un amor para siempre, algo que no ha conseguido con Robin (Neil Patrick Harris se despide de la serie por todo lo alto con esta escena). Puede parecer un cambio precipitado, pero recordemos que debemos considerar el factor de las elipsis, es decir, toda la evolución de la que no somos testigos, todo el dolor que no vemos, pero que sí deberíamos reconocer en los personajes. Dolor que se magnifica cuando los vemos separarse una y otra vez, distanciarse, y saludarse de forma cada vez más fría y extraña. Ver a la pandilla desintegrarse poco a poco, y en concreto a Robin perdiendo el contacto con sus amigos, conforma un final difícil de digerir, pero profundamente pertinente y franco.

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Sin embargo, la decisión que más ha dividido a los espectadores ha sido la de unir a Ted y Robin en la última secuencia de la serie. Para muchos, esto supone poco menos que una traición, una puñalada al desarrollo de estos personajes a lo largo de los años. Pero precisamente ahí está la clave para entender y aceptar este final, en el paso del tiempo. Ted y Robin no huyen juntos el día de la boda de Robin y Barney. Ni siquiera tenemos garantía de que pasarán el resto de su vida juntos. Como decía, esto no es un final de comedia romántica bajo la lluvia, no es un forzado y simplón “vivieron felices y comieron perdices”. Lo suyo es un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, después de más de quince años (es decir, de toda una vida) en los que ambos han seguido cambiando, madurando, convirtiéndose básicamente en otras personas. El Ted que aguarda a Robin con la trompa azul bajo la ventana no es el mismo que el del episodio piloto, y no es el mismo que el del resto de la serie. Si tenemos en cuenta la historia de estos personajes, que se conocen desde hace ya 25 años, sus tragedias personales, y el gran papel que la soledad (o más bien el miedo a la misma) ha ejercido en sus vidas, es una conclusión perfectamente lógica, incluso la única posible para hacer justicia a la historia y el tiempo invertido en ella. Ya no es que Ted y Robin hayan sido siempre el uno para el otro (esa descripción pertenece a Ted y Tracy), es que el tiempo, en su capricho infinito, ha dispuesto los acontecimientos de sus vidas para que lo suyo finalmente tenga sentido.

“But love doesn’t make sense! I mean you can’t logic your way into or out of it. Love is totally nonsensical, but we have to keep doing it or else we’re lost and love is dead and humanity should just pack it in. Because love is the best thing we do.” -Ted Mosby

Si lo pensamos, Cómo conocí a vuestra madre ha sido una serie increíblemente triste, la historia de un hombre definido por su deseo de amar y ser amado, y aplacado por un destino que nunca simpatizó especialmente con él. La muerte de la madre (que Internet llevaba ya meses vaticinando) estaba planeada desde el principio, como confirma la última conversación de Ted con sus hijos, y es la última pieza del puzle del personaje. Es esa conversación (que los actores adolescentes grabaron en 2006) lo que da sentido completo a la serie, lo que redime finalmente a Ted -si es que todavía quedaba alguien que lo considerase un simple desesperado.

¿Por qué ha estado contando este eterno relato sobre la madre de sus hijos y esta apenas ha aparecido en él? Los hijos lo tienen claro, además de un precioso homenaje, ha sido una larga treta para buscar su aprobación, para asegurarse de que, después de la horrible pérdida de su madre, están preparados para que su padre declare su amor (eterno y sincero) a la tía Robin. Esto no invalida el profundo amor de Ted por Tracy, al contrario, lo fortalece, lo eterniza (recordad, han pasado seis años desde su fallecimiento). No nos han hecho adorar a la madre para nada, nos han hecho adorarla para que entendamos a Ted, para que seamos conscientes del lugar en el que se encuentra mientras narra su historia, para que sepamos hasta dónde llegan sus sentimientos por Robin. Y si los niños lo entienden y dan su visto bueno, ¿quiénes somos nosotros para negar a Ted y Robin un último para siempre, el que sea quizás el único resquicio para hallar la felicidad y derrotar por fin a la soledad? La tesis final de Cómo conocí a vuestra madre es por tanto que el amor puede ser obra del destino o el resultado de una complicada historia que abarca media vida, pero lo más importante es no dejar nunca de amar.

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“Last Forever” pone el perfecto broche final a una serie muy lejos de ser perfecta (claro que una ficción longeva como esta no puede ser nunca perfecta por definición). Este desenlace contrarresta de algún modo, incluso justifica, el alargamiento de la historia, y si bien no nos hace olvidar las incontables horas de relleno, nos ayuda a despedir la serie con una sonrisa, y en mi caso (seguramente el vuestro también), más de una lágrima. Una por su gran trabajo a la hora de enlazar con el final algunos de los momentos más icónicos de la serie (el Playbook de Barney, la calabaza putón, todos los high fives, los legendary…) y utilizarlos para celebrar a sus personajes y redondear sus caracterizaciones. Otra porque podemos ver en los rostros de los actores el dolor que les causa despedirse de ellos (fue devastador ver a Alyson Hannigan interpretándose a sí misma durante todo el episodio). Una más porque nos hace reflexionar sobre la pérdida (la del amor ni más ni menos, no se me ocurre nada más lacerante), sobre lo que dejamos atrás, y aquello a lo que tenemos que renunciar para seguir adelante, sobre los cambios y la fragilidad de la amistad a medida que avanzamos en la vida. Y una última porque comprobamos que el tiempo se nos va, y no hay nada que aterrorice más, como bien sabe Ted Mosby, que verlo pasar y no haber encontrado ese “para siempre”.

9 pensamientos en “Cómo conocí a vuestra madre: Un high five para la eternidad

  1. Está claro que hemos visto el capítulo, la serie, el final, y el sentido y mensaje de todo ello de la misma forma. Nada que añadir, ha sido el final que tenía que ser. Y joder, cómo lo voy a echar de menos.

  2. Estoy de acuerdo en todo, menos en lo concerniente a Robin y la madre. Desde el punto de vista de guión es una estafa al espectador, teniendo en cuenta que, como tú dices, pusieron finalmente cara e historia a la madre para enpatizar con ella (motivo para alargar una interminable temporada 9). A parte de que se nos dejó claro en todo momento que Robin no tenía futuro con Ted (ella jamás tuvo el mismo interés, de hecho Robin es la más egoísta de todos y Ted es lo opuesto). Vamos, que no me creo el renacer de la historia entre ellos dos. Y a Allison Hannigan le juro amor eterno.

  3. acabo de hacerme consciente de que los hijos nunca han crecido ergo todo se grabó en la misma época… llámame despistada… pero realmente que ese final sea el que tenían en mente desde hace todos estos años, hace que suelte un “Respect”… el capítulo es un gran cierre, lleno de guiños y referencias… y triste. Y alegre. Y real. Y Robin deja clara su postura acerca de Ted en la escena en la que le dice a Lily que nada va a ser igual… Y, sí, el relleno y las temporadas aburridas… bueno, han sido aburridas, pero con este final, como dices, necesarias… Ay…

  4. El final que le correspondía a la serie. El final es el cierre de un círculo. El amor de la vida de Ted ha sido Tracy, pero tras la muerte de ella le corresponde volver con quien ha estado enamorado estos 9 años, y hasta sus hijos se lo dicen.

    A mi también me ha parecida tremenda la interpretación de Neil Patrick Harris en la declaración de amor a su hija.

    PD: se agradece que las escenas de los hijos de Ted las grabaran cuando se comenzó a rodar la serie, para que no tuviéramos un caso como Lost, en la que a Walt (Waaaaaaalt, my soooooon!!!!) sólo le faltaba tener barba jejeje

  5. Como no soy fan ni mucho menos de la serie, y con el paso de las temporadas me he ido despegando cada vez más de ella, ni me ha cabreado ni me ha emocionado. Me ha parecido un final bonito para una serie que ha llegado a ser bastate mierda, así que me quedo contento por esa parte.

    Aunque han sabido hacer muy bien muchas cosas, creo que te pasas en los halagos hacia ellos, porque en mi opinión más que eso se merecen muchas collejas xD

    Y bueno, en cuanto al polémico final, tengo una opinión muy contrariada. Todo tiene sentido y es coherente, pero no dejo de ver todo eso como un pequeño desprecio, un feo hacia dos personajes. No me ha parecido bien.

    Pero que me da igual xD Lo importante es que ha sido bonito y me he emocionado con Barney y su hija. Pero sobre todo con Lily, que tiene una facilidad impresionante para llorar delante de la cámara, pero que se ha pasado el capítulo llorando de verdad. La he amado tanto <3

  6. Yo mismo tengo división de opiniones… me alegro por Robin si es lo que quiere (lo dudo mucho) y me molesta por Ted, es inverosímil que vuelvan.

  7. En el papel lo que cuentas tiene sentido, pero en la práctica no funciona. Porque nos han dirigido durante 9 años a un punto determinado que termina antes de empezar. Porque no hemos visto el duelo de Ted por Tracy, y si no lo hemos visto es que no existe, por mucho que digan que han pasado 6 años. Durante 9 años nos han contado dos cosas: Que Ted tenía una épica historia de amor por delante y que Ted y Robin NO FUNCIONAN. Y en 5 minutos han querido contradecir lo que han estado diciendo estos 9 años. La historia de amor de Ted era definitiva; si, la vida es agridulce, y hubiera aceptado la muerte de la madre y la desintegración del grupo sin problemas. Pero la ridícula historia de amor de Ted y Robin no puede sobrevivir a la madre porque Robin NO LE QUERÍA y los momentos en los que los personajes se reencuentran son siempre momentos bajos, tristes, confusos y desesperados. Que la madre sea un burdo McGuffin es decepcionante, y sí, una traición.

  8. Creo que después de todo, a pesar de que el final no me gustó (me sentí muy ultrajada, como que la escena final estaba ahí de relleno, para contentar, tuve una sensación parecida con el final de Harry Potter, en el sentido de oh, quiero contentar a los fans ya que se han comido miles de capítulos de relleno, me cargo a la madre y hago que Ted vaya por 123454’7545’4’3 vez a buscar a Robin)
    Y entonces es cuando yo me pregunto ¿por qué iba Robin a querer estar con Ted? Ella nunca le quiso igual, lo compraría si fuese ELLA la que le fuese a buscar, pero no, siempre es Ted el que hace el canelo.
    Algunas parejas siempre derivan en el mismo barro, por mucho que el final sea todo lo cursi que queráis, no funcionan así como no funcionan Barney y Robin.
    Ahí lo dejo.

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