Search Party: Existencialismo millennial

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La prueba de que vivimos la época más fértil de la Peak TV no está en que no nos quede tiempo para ver todas las series que queremos ver, sino en que hay cada vez más ficciones de calidad escondidas, de las que casi nadie habla, de cuya existencia a veces ni nos enteramos mientras estamos intentando ponernos al día con todas las que seguimos. No solo eso, sino que la quality television está extendiéndose hacia todas las cadenas, incluidas las más minoritarias y las que nunca se han conocido por su oferta de calidad. Ese sería el caso de TBS, pequeño canal de televisión por suscripción que este año nos ha dado una de esas joyas ocultas de las que hablaba, una comedia que, sin hacer nada de ruido y llegando justa para las campanadas, se ha convertido en una de las mejores series de 2016: Search Party.

El ADN que da forma a Search Party viene por cortesía de tres creadores, Sarah-Violet Bliss y Charles Rogers (Fort Tilden) y Michael Showalter (Wet Hot American Summer), que realizan un producto con aire indie e inclinación absurda que le da una vuelta de tuerca a las series sobre veinte y treintañeros que llevan despuntando desde hace unos años en televisión. Search Party es una comedia millennial muy afín a cosas como Broad CityGirlsYou’re the Worst, pero también es un auténtico thriller de misterio, similar en tono a Bored to Death. El punto de partida de la serie es la desaparición en extrañas circunstancias de una joven llamada Chantal Witherbottom (el mejor nombre televisivo del año). La familia y amigos de la chica la dan por muerta, pero una de sus ex compañeras de la universidad, Dory (Alia Shawkat), está convencida de haberla visto, por lo que se embarca en una peligrosa aventura junto a su grupo de amigos, en la que se toparán con personajes de lo más peculiar (fantásticas estrellas invitadas como Ron Livingston, Parker Posey o Rosie Perez), para investigar el misterio y encontrar a Chantal.

Search Party se mueve sobre la delgada línea que separa lo serio de lo ridículo, con un tono decididamente irónico y a ratos surrealista, pero también un trasfondo mucho más profundo de lo que pueda parecer a simple vista. No hay más que ver cómo están construidos los personajes secundarios, los mejores amigos y el novio de Dory, representantes de la generación perdida que convierten al millennial en el blanco de una crítica muy divertida, pero también cruelSearch Party nos habla entre otras cosas de esa juventud estancada sin posibilidades de prosperar, sin trabajo (o con trabajos de mentira), y lo hace demostrando una gran capacidad de search-party-posterobservación social, incluso solidaridad hacia los sujetos que estudia, pero también riéndose de la juventud privilegiada y sus white people problems, de los hipsters, de ese sector de jóvenes millennials caracterizado por el autoengaño, el egocentrismo, la falsa solidaridad y la obsesión por la imagen que proyectan a los demás. Así se podría describir a los dos personajes más caricaturescos de la serie, Elliott y Portia, interpretados con gran talento cómico por John Early y Meredith Hagner. Dos personajes hiperbólicos que, a medida que avanza la serie, se van humanizando hasta desvelarnos mucho más de lo que esperábamos.

Y ahí está la mayor virtud de Search Party. Además de ser corta y adictiva, la serie tiene más capas debajo de su absorbente trama de misterio y su afilado humor. La búsqueda de Chantal se convierte para Dory en una obsesión que afecta a su vida y a todos a su alrededor, y le da una razón para levantarse cada mañana, un propósito que ningún otro aspecto de su vida le proporciona y al que se aferra para sentirse viva. Es decir, el misterio de la desaparición (y su genial conclusión) es en realidad una excusa para retratar la búsqueda existencial de una chica y una generación. Así es cómo Search Party acierta en todo lo que se propone. Sabe hacer reír, sin olvidar ese poso melancólico y amargo que tiene en común con sus contemporáneas; atrapa por completo con una intriga que va ganando en intensidad hasta llegar a su sorprendente clímax; y como retrato generacional da en la diana gracias a su ojo clínico para plasmar al joven actual y el contexto que lo condiciona. En definitiva, Search Party fusiona géneros de forma inteligente para presentarnos algo muy original, una sitcom noir que nos da razones de sobra para convertirse en nuestra nueva serie de culto favorita.