iZombie: Con la vida en los talones

iZOmbie 1

El mundo es un lugar mejor desde que Buffy Summers y Veronica Mars aparecieron. Las dos (junto a Xena, claro) allanaron el camino para todas las protagonistas femeninas y heroínas televisivas que llegaron después. Sin embargo, últimamente echábamos de menos más personajes como ellas en las series. Y parece que no éramos los únicos. Las cadenas que fueran el hogar de Buffy y Veronica (WB y UPN) se fusionaron para dar lugar a la CW, hermana pequeña de las networks que últimamente parece más bien The DC Channel, y ante la invasión de superhéroes provenientes de las páginas del cómic, se dieron cuenta de que en la plantilla faltaba una rubia peleona de las suyas.

De ahí que CW adquiriese los derechos de iZombie, cómic de Vértigo (filial de DC, claro) creado por Chris Robertson y Michael Allred, con la idea de realizar una serie que llenase ese vacío. iZombie nace para recuperar, o preservar, según se mire, el espíritu de Buffy y Veronica, y quién mejor para ponerse al frente del proyecto que uno de los padres de las dos criaturas, Rob Thomas, creador de Veronica Mars. Junto a Diane Ruggiero-Wright (co-productora de VM), Thomas ha convertido las iconoclastas viñetas diseñadas por el imprescindible Mike Allred (que también ha dibujado la secuencia de créditos de la serie) en un drama procedimental fantástico que adopta el estilo de la cadena, llevando a cabo sustanciales cambios con respecto al cómic.

iZombie 2

iZombie (la serie) está protagonizada por Olivia Moore, más conocida como Liv Moore (“Live More”, ¿lo pilláis?), una estudiante de medicina de Seattle cuya vida da un giro de 180º al convertirse en zombie después de sufrir un ataque durante una desastrosa fiesta a bordo de un barco. Liv corta con su novio, Major (Robert Buckley), y deja el hospital donde está haciendo la residencia para irse a trabajar al depósito de cadáveres (en el cómic Liv se llama Gwen Dylan y trabaja como sepulturera). Allí tendrá acceso al único alimento con el que podrá conservar su aspecto humano y evitar convertirse en un monstruo: cerebros humanos. Y aquí viene el giro (es un decir), al comerse el cerebro de una víctima, Liv recibe sus recuerdos (en forma de visiones al estilo Cordelia Chase) y adopta su personalidad y habilidades, “superpoderes” que utilizará para ayudar al departamento de Homicidios de la policía a resolver casos complicados.

Lo que han hecho Thomas y la CW con esta serie es aprovechar la época dorada de los zombies en televisión para realizar un producto que, aunque técnicamente puede adscribirse al género Z, es en realidad otro tipo de “animal” televisivo. iZombie hace mucho más que recuperar el espíritu de Veronica Mars. En cierto modo, iZombie es Veronica Mars otra vez. Thomas no se ha quebrado mucho la cabeza desarrollando el concepto de su primera temporada, y se ha limitado a repetir el mismo esquema de VM, revistiéndolo de algo nuevo con el tema zombie. Tenemos a la protagonista ingeniosa y perspicaz (Rose McIver, a la que le cuesta un poco coger el tono a su personaje al principio pero acaba dominándolo), una fiesta a la que regresamos continuamente para descubrir nuevos datos sobre un misterio central, y una estructura de caso de la semana que ocasionalmente dará paso a un arco central al que se dedicará el final de la temporada (esto último ya no es cosa solo de VM, sino de cualquier procedimental que se precie). Es todo muy 2005, tramas, humor, referencias a la cultura popular, incluso banda sonora. Está claro que Thomas sigue viviendo en ese año.

iZombie 3

Pero eso no es todo, iZombie es una serie de zombies que en realidad es una serie de vampiros. Ya hemos visto a los muertos vivientes recibir el tratamiento vampiresco “pop” antes (Warm Bodies, In the Flesh), pero en iZombie tenemos a un tipo de zombie incluso menos arraigado en la tradición del género, más cercano a lo que Buffy y Angel hicieron con el mito de los chupasangres. Liv lucha por controlar a la criatura monstruosa que lleva dentro y debe renunciar al amor y el sexo con los vivos (el pobre Major, que las pasa canutas toda la temporada por su culpa), conflicto interno que define al primer (y verdadero) amor de Buffy. Los zombies civilizados que vemos en la serie acuden a carnicerías para abastecerse de cerebros de animales y evitar así la tentación de matar humanos. Incluso estéticamente se parecen más a los vampiros. La tez pálida sustituye a la carne podrida (esta se reserva a los zombies deshumanizados), dando lugar a las típicas situaciones y chistes que encontramos en las ficciones vampíricas. Pero ahí no se detienen las comparaciones, en iZombie también hay villano de rubio oxigenado, Blaine, aunque ya quisiera David Anders tener un cuarto del carisma de Spike.

Sin embargo, lo peor de iZombie son los casos, demasiado convencionales, aburridos y sobre todo predecibles. Narrativamente, la serie es muy mecánica y repetitiva, y todos los capítulos están escritos con la misma plantilla (usada en mil y una series antes que ella). Los guiones son excesivamente cándidos y nos vemos venir los giros a kilómetros de distancia. Por ejemplo, en casi todos los episodios es muy fácil identificar al asesino, porque siempre será un personaje aparentemente insignificante que aparece al principio de la forma más sospechosamente casual y desaparece hasta el final, cuando se requiere de nuevo su presencia para dar la “sorpresa”. Después, ese asesino o asesina confesará su crimen (sin abogado) explicando sus actos y motivaciones con todo lujo de detalles (como en Detective Conan). Es el modelo BonesCastle, investigación criminal de usar y tirar con aire de comedia ligera, pero con el toque juvenil de CW y un trasfondo sobrenatural.

iZombie 4

Y ahí está la clave para llegar a disfrutar iZombie. No es una serie a la que se le pueda pedir demasiado. Al menos no por ahora. Recordemos que Veronica Mars también necesitó su tiempo para pasar de esa etapa de casos de la semana y convertirse en algo más. Si asumimos su naturaleza de serie de planchariZombie es perfecta para cubrir ese hueco de ficciones de fácil digestión que muchos necesitamos (por ejemplo, yo la veo durante la comida). Pero es que además, potencial para trascender esa etiqueta no le falta (otra cosa es que lo haga), como hemos visto en la season finale, “Blaine’s World“, (relativamente) sorprendente episodio con un par de escenas impactantes (pero de verdad, como la que protagoniza Major en la carnicería) y cambios interesantes que plantean una segunda temporada con más mitología.

Por suerte, iZombie ha ido progresando adecuadamente a lo largo de sus 13 primeros capítulos y ha remontado en su recta final. McIver (a la que ya vimos en Play It Again, Dick) está cada vez mejor, y la serie cuenta con personajes secundarios muy acertados, como el británico Ravi (Rahul Kohli), sin duda el más divertido del reparto, o el ya mencionado Major, que ha pasado de ser pura carnaza (si Robert Buckley está ahí para algo es para descamisarse todas las semanas) a convertirse en un personaje mucho más definido y con una de las tramas más destacadas de la serie. La química entre todos ellos es estupenda y los demás personajes tienen buena base (espero que aprovechen mejor al hermano y la compañera de piso de Liv el año que viene), pero la serie no termina de cuajar. Después de los acontecimientos de la finale, la segunda temporada promete subir la apuesta y aumentar el drama, y aunque quizás yo esté ya muy mayor para una serie como esta, me quedaré para ver cómo evoluciona. Solo espero que cuando no estén con el arco principal se esfuercen un poco más con los casos de la semana para que no me arrepienta. Thomas, espero que aceptes el reto. Te lo pide un marshmallow.