Crítica: Fiesta de empresa

La Navidad es época de costumbres y tradiciones. El alumbrado callejero, el árbol y los regalos, las cenas familiares, las compras de última hora, el inevitable desprecio a la especie humana que se deriva del punto anterior… Y una más para los que tienen la fortuna de no estar en el paro y han de enfrentarse todos los años por estas fechas a una cita ineludible: la cena de empresa. Esa velada en la que en ocasiones (las que no resultan ser un muermo total) los corsés se sueltan, los secretos más oscuros salen a la luz, las alianzas y enemistades se intensifican, la libido se dispara por las nubes y la profusión de alcohol nubla el juicio y hace que más de uno se suelte la melena. Claro que, lo que pasa en la cena de empresa se queda en la cena de empresa, y a la vuelta de vacaciones se recomienda hacer como si no hubiéramos visto a nuestros jefes y compañeros desfasar como si no hubiera mañana.

Ese es el espíritu que pretenden captar Josh Gordon y Will Speck con Fiesta de empresa (Office Christmas Party), comedia coral en la que un grupo de ejecutivos organizan una fiesta épica para conseguir un gran cliente y salvar su compañía, y ven cómo la celebración se les va de las manos y acaba convirtiéndose en un desmadre absoluto. Siguiendo la estela de éxitos como Resacón en Las VegasCómo acabar con tu jefe, Somos los Miller o Malas madresFiesta de empresa recoge de nuevo todos los ingredientes de la comedia gamberra actual, con una historia pasada de rosca en la que se suceden los gags alocados y las situaciones más embarazosas y políticamente incorrectas.

El reparto está encabezado por el impertérrito Jason Bateman (Arrested DevelopmentUn pequeño cambio), Olivia Munn (X-Men: ApocalipsisThe Newsroom) y T.J. Miller (Silicon Valley, Deadpool), a los que acompaña en calidad de estrella invitada una Jennifer Aniston muy acomodada en la comedia Rated R, con un papel que recordará a más de uno a su participación en Cómo acabar con tu jefe y su secuela, una jefaza pétrea e implacable que en este caso, en lugar de acosar sexualmente a sus empleados, ejerce como la villana que amenaza con cerrar la rama de la empresa familiar que dirige su hermano pequeño (Miller). Es decir, toda una señora Scrooge. El elenco se completa con lo más granado de la escena cómica televisiva actual, Rob Cordry (Childrens Hospital), Jillian Bell (Infiltrados en clase, Idiotsitter), Vanessa Bayer (Saturday Night Live), Randall Park (Fresh Off the Boat, The Interview) y la divertidísima y siempre marciana Kate McKinnon, que aquí interpreta a la jefa de recursos humanos, una mujer anticuada y estricta que esconde un lado salvaje. Sin olvidar a Courtney B. Vance, que aporta mucha clase en un papel que demuestra lo bien que se le da la comedia el mismo año que ha ganado el Emmy por un drama (American Crime Story).

Solo por ver a este grupo de cómicos en acción, Fiesta de empresa merece la pena. Por encima de los repetitivos Bateman y Aniston (juntos por quinta vez en el cine) hay que destacar en especial a Miller, que se está consagrando como un secundario hilarante de excepción, y a Munn, que sorprende con una vis cómica muy desarrollada y muchas ganas de desatarse y pasarlo en grande. Es cierto que la película está plagada de clichés y transcurre tal y como uno espera que lo haga, pero eso no impide que funcione como un divertido y desenfadado pasatiempo ligero. Por muy excesivos que sean, los chistes y gags de Fiesta de empresa están derivados de situaciones con las que todos pueden sentirse identificados, magnificadas por la lente de aumento surrealista de la comedia gamberra, con bien de alcohol, drogas, acción y violencia “de andar por casa”, despelotes y situaciones sexuales que harán reír (o sonrojarse) a más de uno.

Claro que, como mandan los cánones del género, debajo de de la música atronadora, las tormentas de coca y el caos extático y destructivo de la fiesta late un pequeño corazón. A pesar de las burradas que nos enseña por el camino, Fiesta de empresa es en el fondo una historia de amor y una celebración optimista del compañerismo y la familia que continúa la tradición de las películas navideñas, dándoles un giro disparatado e irreverente.

Pedro J. García

Nota: ★★★