Mi verano de serie (Primera parte)

twin-peaks

El verano se acaba, y con él los días de libertad. No solo para aquellos que regresan a la rutina laboral o estudiantil después de unas merecidas vacaciones, sino también para los seriéfilos que hemos aprovechado la tranquila temporada estival para ponernos al día con nuestras series. Las altas temperaturas, la escasa oferta cultural y la cartelera más pobre que se recuerda en varios veranos han contribuido a que muchos nos quedemos en casa pegados a la(s) pantalla(s). Aunque la verdad es que no nos hacen falta esas excusas para hacerlo.

Hace unos años, el verano era sinónimo de sequía catódica. Tanto en Estados Unidos como en España, las cadenas suelen programar repeticiones o volcar series de relleno o de menor prestigio en su parrilla. Pero de un tiempo a esta parte, los veranos también albergan series de calidad y productos que no palidecen ante los estrenos de temporada alta. En la era de la Peak TV no hay descanso para el seriéfilo, como ha demostrado sobre todo la poderosa presencia de Juego de Tronos Twin Peaks. Aun así, la cosa sigue estando más serena en los meses de julio y agosto, lo que me ha permitido alternar estas y otras ficciones de estreno con series que llevaba tiempo queriendo ver/continuar/terminar. En algún caso, más de una década.

juego-de-tronos

Aunque los termómetros nos contasen otra historia, este verano ha sido el más invernal de la historia. Juego de Tronos ha acaparado casi toda la conversación seriéfila de los últimos dos meses. La serie de HBO ha batido récords de audiencia y nos ha tenido en vilo durante siete semanas en las que se ha librado una batalla campal no solo en Poniente, sino también entre sus divididos fans en Internet. Yo ya expresé mi opinión sobre la “nueva” Juego de Tronos en este artículo para eslang, y he hablado tanto del tema en redes sociales y en la vida real que lo doy por zanjado hasta que la serie vuelva con su última temporada. Antes, solo una cosa: FINALAZO. No, espera, dos: CULAZO.

El buque insignia de HBO se ha hecho tan grande que apenas ha dado oportunidad al regreso televisivo más importante de los últimos años (de la historia si me apuras), el de Twin Peaks. Sobre los primeros capítulos del revival de la serie de David Lynch y Mark Frost ya hablé largo y tendido aquí, y lo cierto es que, dos meses después, me reafirmo en todas y cada una de las palabras que escribí.  Si estas últimas semanas han servido para algo es para recordarnos que no hay (y no habrá nunca) nada como Twin Peaks, ni nadie como David Lynch. La recta final de “The Return” está siendo monumental, una descarga eléctrica para los sentidos en la que no está faltando el magnífico humor lynchiano, el terror más inquietante o la emoción a flor de piel. Y es que Lynch sabe cómo jodernos la cabeza, cómo provocarnos pesadillas, pero también cómo enternecernos y hacernos llorar (“Goodbye, Margaret”). A falta de ver el final de “The Return”, solo me queda darle de nuevo las gracias por todo lo que me ha dado este verano, y toda la vida.

preacher

Otra serie de estreno que he llevado al día este verano es Preacher, la ficción de AMC que adapta (libremente) el cómic de Vértigo, y que en su segunda temporada ha dejado el pueblo de Annville para emprender un viaje en carretera y poco después reubicarse en Nueva Orleans. La primera temporada de Preacher estuvo bastante bien, pero en realidad no fue más que un largo preámbulo, una introducción a la serie que este año por fin ha empezado. Esta temporada tiene más humor, más acción y una trama más retorcida y cercana a los cómics, pero a pesar de esto sigue sin encontrar su voz del todo. Aunque empezó con buena letra, la serie ha vuelto a quedarse estancada y perder un poco el norte, con capítulos que difieren bastante en calidad (está claro que es hora de dejar Nueva Orleans), pero su continuado empeño en sorprender y provocar, y sobre todo la presencia de Joe Gilgun, hacen que salga siempre a flote. El vampiro Cassidy es lo mejor de Preacher y mientras él esté en la serie, no importa tanto que esta no logre ubicarse.

Este verano también ha sido el de The Defenders, el esperadísimo crossover de las series de Marvel y Netflix que se ha saldado con un recibimiento más bien tibio por parte de crítica y público, y ha sido eclipsado en la conversación online por Juego de Tronos. En mi entusiasta crítica a los primeros cuatro episodios os conté lo mucho que había disfrutado la primera mitad de la serie, pero vista entera, he de reconocer que pierde fuelle a medida que avanza, y termina con un desenlace correcto pero demasiado light para toda la expectación que había depositada en ellaThe Defenders ha sido más bien como una temporada breve de Daredevil, solo que con el aliciente de ver a los superhéroes juntos en pantalla. Aun así, yo la he disfrutado mucho. Me ha parecido entretenida, compacta (qué bien que no haya apenas relleno), repleta de buenas secuencias de acción y peleas para quitarnos el mal sabor de Iron Fist, y con Jessica Jones siendo básicamente lo mejor. Puede que esperásemos más, pero se ha mantenido fiel al estilo de las series individuales y nos ha dado un producto final más que digno. Ah, una cosa más: no sé vosotros, pero yo sigo esperando a que ese ascensor caiga…

whas

La comedia también ha tenido cabida en mis tardes pegado al televisor y al aire acondicionado. El verano empezó con GLOW, serie de las creadoras de Orange Is the New Black (por cierto, qué atrasada la llevo y qué pereza me da retomarla) que no ha sido un knockout en su primera temporada, pero tiene potencial de sobra para serlo más adelante (os cuento más aquí). De Netflix también he visto Wet Hot American Summer: Ten Years Later, y me ha parecido la mejor entrega de esta saga absurda y excesiva hasta la fecha. Nunca fui fan de la película (como muchos otros, descubrí su existencia a raíz de que Netflix anunciara su precuela en forma de serie), y a pesar de sus puntazos, First Day of Camp no me hizo demasiada gracia, pero esta secuela ha subido el listón y me lo he pasado en grande. Merece una mención especial ese magnífico desenlace con 80 finales falsos. Deliciosamente meta.

People of Earth ha vuelto con su segunda temporada, y aunque le pasa como a Brooklyn Nine-Nine, que no logra sacar todo el provecho que debería a su premisa, es una serie muy curiosa que merece un poco más de atención. Teniendo detrás a los responsables de The OfficeParks and Recreation, sorprende que esta serie no sea tan abiertamente cómica y ponga más énfasis en el misterio y el drama de los personajes, pero supongo que es lo que pide la historia. Podría ser más interesante, pero es lo suficientemente buena y original como para mantenerme enganchado, y totalmente recomendable para los fans de las series mencionadas. Un buen acompañamiento para otra comedia reciente de similares características, The Good Place.

younger

Y hablando de enganches… Tenemos que hablar de Younger, comedia del creador de Sexo en Nueva York, Darren Star, que va ya por su cuarta temporada y que estoy seguro de que a muchos y muchas os encantaría si supierais de su existencia (para eso estamos aquí). La historia va sobre una madre divorciada de 40 años (la gran Sutton Foster) que se hace pasar por millennial para conseguir trabajo en una importante editorial de Nueva York y debe mantener su fachada de veinteañera para evitar quedarse en la calle. Dejémoslo claro, Younger es una gran tontería, pero es de esas tonterías que le alegran a uno el día, ya sea por su humor desenfadado y picante, por sus adictivas tramas románticas o por la agradecida presencia del encantador Nico Tortorella, siempre dispuesto a quitarse la camiseta y siempre exudando química con cualquiera que se le ponga por delante. Younger es la definición del (mal llamado) placer culpable, un dulce que no amarga a nadie y que siempre apetece.

También me he puesto al día con otras comedias más “serias”, o más de prestigio, que al fin y al cabo son sinónimos (“¿Desde cuándo las comedias son dramas de 30 minutos?”-Billy Epstein). Insecure, la serie de HBO creada por Issa Rae, está arriesgando más y como consecuencia dejándonos una tanda de capítulos más irregular que el año pasado. Algunos alcanzan cotas altísimas de brillantez y otros (como el de la mamada) nos muestran que todavía le queda para afianzarse. Aun con todo, Insecure es una de las series más frescas, divertidas y atrevidas que hay actualmente en antena.

Todo lo contrario que Casual, una de esas dramedias sobre treinta y cuarentañeros a la deriva que no ofrece absolutamente nada que no hayamos visto en cientos de ocasiones. Lo siento, Casual, pero no eres tan profunda e interesante como crees. Dentro de este mismo subgénero se encuentra Amigos de la universidad, y aunque esta opinión va a ser impopular, me parece bastante superior a Casual, sobre todo porque es menos pretenciosa. Sí, es tremendamente inconsistente y un caos tonal, pero también lo suficientemente divertida como para verla en una o dos sentadas con facilidad, y además, tiene un reparto fantástico. Netflix la ha renovado para una segunda temporada y no os voy a engañar, tengo ganas de seguir conociendo a este tóxico sexteto de adultos estancados y ver en qué disfuncionales aventuras se meten el próximo verano.

difficult-people

Para terminar, tengo que recomendar encarecidamente otra comedia, Difficult People, una joya absoluta que por desgracia todavía no emite ninguna cadena o plataforma en España (lo cual se entiende, porque es una serie muy localista y llena de referencias a cosas poco conocidas fuera de Estados Unidos). Creada por Julie Klausner y protagonizada por ella y Billy Eichner (aquí rebajando el histrionismo de su trabajo en Parks and Recreation Billy on the Street), Difficult People es actualmente la comedia más irreverente, salvaje y cáustica que hay en televisión. Klausner y Eichner dan vida a dos cómicos en paro que intentan triunfar en la escena neoyorquina, pero se autoboicotean constantemente con su actitud ponzoñosa y despreciable. Ellos se han definido en varias ocasiones como Will y Grace, pero en peores personas (que ya es decir, porque Will y Grace son bastante lo peor), y no podía ser una descripción más certera. Klausner y Eichner no dejan títere con cabeza con sus venenosas pullas a los famosos (Woody Allen, Ryan Murphy y Kevin Spacey se llevan golpes sin piedad en casi todos los capítulos) o sus críticas a otras series y películas (Julie escribe recaps de televisión, así que imaginaos), haciendo de la serie uno de los análisis más sinceros y certeros de la cultura popular. Claro que puede que a mí me guste tanto porque en el fondo me veo reflejado en ellos. Quizá no sea algo de lo que presumir, pero Difficult People es todo lo que se me pasa por la cabeza hecho serie, y Julie y Billy son la voz de mi peor yo, lo cual resulta en una experiencia televisiva egocéntrica y divertidísima.

Hasta aquí mi primera parte del repaso a las series que he visto estos meses. Sí, han sido tantas que me he visto obligado a dividir el especial en dos partes para no desesperaros. En breve publicaré la segunda parte. Mientras, contadme qué series habéis visto vosotros para evitar salir a la calle y/o socializar este verano.

Maisie Williams explica la carcajada de Arya en “The Mountain and the Viper”

Arya y el Perro 4x08

Maisie Williams ha explicado en una entrevista a Entertainment Weekly la carcajada de Arya en “The Mountain and the Viper”, por si no lo entendisteis.

(Atención, a continuación spoilers para el que no lleve al día Juego de Tronos)

En una de las escenas claves del episodio más reciente de Juego de Tronos, Arya Stark estalla en una risotada histérica cuando, al llegar por fin a Nido de Águilas, recibe la noticia de la muerte de su tía Lysa. Muchos fans y recapers de Internet han entendido la risa como la manifestación por parte de la niña del shock por lo cada vez más absurdo de su situación, como un estallido liberador (interpretaciones totalmente coherentes y válidas en mi opinión). Sin embargo, Maisie Williams lo entendió (y lo interpretó) de otra forma:

“Me encantó esa escena. Es mi reacción de Arya favorita. Ha habido mucha especulación en Internet sobre la escena: si se está riendo del Perro, de lo ridículo que parece ahora que no tiene plan de acción, del hecho de que Arya ya no tiene a nadie, o quizás de que esté trastornada porque no tiene ni idea de cómo sentirse y se deja llevar por la risa.

Cuando estaba haciendo la escena, yo lo interpreté como una reacción directa al Perro. Él lleva mucho tiempo haciéndomelas pasar canutas. Tiene el control, es un tío muy duro y dice cosas como ‘Te voy a llevar con tu tía y voy a recoger mi recompensa, lo único que me importa el dinero, no tú’. Y de repente pasa esto y Arya lo disfruta enormemente. A través de la risa es como si dijera: ‘¿Y ahora qué vas a hacer, eh?’ Es fascinante ver a esta niña riéndose así bajo la luz del día”.

O sea, que Arya se está riendo del Perro, dándole caña como la buena cabrona en la que se ha convertido.

Por cierto, Williams ha explicado que esta ha sido por ahora la escena más dura que ha grabado, porque, según la actriz de 17 años, reírse a demanda es lo más difícil, mucho más que llorar, o que cualquier escena de carga dramática. Claro que también lo mira por el lado bueno: “Reírte de esa manera en el set y no llevarte una bronca por ello es maravilloso”.

Fuente: EW

Juego de Tronos, “Las lluvias de Castamere”

George R.R. Martin está más que acostumbrado al odio y la ira del fandom. Es más, todos sabemos que se alimenta de eso precisamente (de eso y de whisky). Lleva desde principios de los 90 dominando las emociones de su lector, subyugándolo a sus caprichos de demiurgo absoluto. En su Canción de Hielo y Fuego ha desafiado todos los clichés del género de la fantasía épica, con un relato de guerra en el que todo vale y nadie está a salvo. Esto se traduce desde el comienzo en Juego de Tronos, adaptación televisiva que permite al lector de las novelas revivir todos los traumas y golpes del pasado, y al neófito comprobar cómo Martin no tiene ningún tipo de reparos en sajar cuellos… ¿por el bien de la historia?

Los fans de las novelas de Martin llevaban mucho tiempo esperando “Las lluvias de Castamere”. Es más, los propios creadores de la serie, David Benioff y D.B. Weiss, han confesado que La Boda Roja fue una de las principales razones por las que se embarcaron en el proyecto, y la primera gran meta que se pusieron. Pues bien, prueba superada. Sin embargo, han tenido que pagar un precio, el mismo que en su día tuvo que pagar Martin: perder fieles. Efectivamente, el revuelo que ha causado el episodio en Estados Unidos ha provocado protestas en masa e incluso cancelaciones de suscripción a HBO. Qué locura, ¿no? No obstante, “Las lluvias de Castamere” obtuvo la mayor audiencia de la historia de la serie, y por muchas deserciones que haya ocasionado su brutalmente sangrienta secuencia final, las 7 u 8 temporadas que Benioff y Weiss tienen previstas están aseguradas.

Claro que la reacción de la audiencia -de la que no había leído los libros- era de esperar. Los que saben cómo continúa la historia aseguran que este momento de inflexión era necesario para el desarrollo de los grandes acontecimientos que están a la vuelta de la esquina. Pero no nos engañemos, la razón por la que Martin se cargó en su día a Catelyn y Robb Stark, al igual que en la primera novela sacrificó a Ned Stark, fue únicamente para sorprender e impactar al lector. Ned murió porque era el héroe de la historia, y nadie esperaba que muriese, y mucho menos tan pronto. Robb ha muerto por la misma razón, y además con el agravante de que su despiadado asesinato trunca la posibilidad de un final feliz para su clan, algo que el espectador desea con todas sus fuerzas. No es lo convencional, por lo tanto, es el camino a seguir.

¿Es Martin un gran sádico? Probablemente. Pero también es un escritor tremendamente inteligente y arriesgado. Ha dado la vuelta a las convenciones narrativas y lugares comunes de un género muy condicionado por unas normas supuestamente inquebrantables, y lo ha desmontado para construir un relato único en su especie. Porque fantasías protagonizadas por héroes a caballo que cabalgan hacia el atardecer al final ya tenemos bastantes. Si nos dejamos llevar por las emociones, puede que sintamos que Martin, y ahora Benioff y Weiss, nos han manipulado, nos han abofeteado -he de aclarar que yo no me siento así, aunque La Boda Roja me afectara emocionalmente como al que más. Pero en este caso es mejor pensar en frío: la muerte de Catelyn, Robb y su mujer embarazada, Talisa (un as en la manga de los creadores de la serie para sorprender también a los que venían al episodio con los deberes hechos), reconfigura el relato y plantea nuevos retos. Y por mucho que se pueda calificar de gratuita esta jugada maestra -porque lo es, es gratuita porque se pensó para joder al lector, y lo demás vino a posteriori-, vuelve a convertir Juego de Tronos en una serie absolutamente impredecible. Y eso es precisamente lo que necesitamos en televisión ahora mismo.

“You’re almost there, and you’re afraid you won’t make it. The closer you get the worse the fear gets. No point in trying to hide behind that face. I know fear when I see it. I’ve seen it a lot.”

Con “Las lluvias de Castamere”, Juego de Tronos aniquila las esperanzas del espectador y le obliga a reajustar sus expectativas sobre la historia. El ya de por sí complejo y fragmentado argumento se sume en un nuevo caos, preparando el terreno para nuevas alianzas y nuevas tácticas, lanzando por los aires las piezas de un puzle que el espectador sentía que empezaba a completarse. Desde la decapitación de Ned Stark, los desperdigados miembros de su familia nunca habían estado tan cerca los unos de los otros. ¿Qué mejor momento para introducir una masacre? La conmoción por la secuencia final de “Las lluvias de Castemere” es lo único verdaderamente destacable de un episodio en el que también asistimos a la traición de Jon Nieve a Ygritte (You know nothing, Ygritte!), a los ojitos enamorados de Daenerys Targaryen dirigidos a su caballero de dentadura torcida Daario Naharis, y al desarrollo de las habilidades como warg de Bran Stark -en otra escena que parece directamente sacada de Fievel y el nuevo mundo, con los hermanos Stark cruzándose sin llegar a verse. Los Lannister no aparecen en “Las lluvias de Castamere”, pero están muy presentes: “Los Lannister mandan recuerdos”. Y esa frase podría extrapolarse a la relación creador-fandom: “George R.R. Martin os manda recuerdos”. No os olvidéis nunca de que tiene vuestro corazón en la mano, y no se lo va a pensar dos veces antes de apuñalarlo como a un bebé dentro del vientre de su madre.

Reyes, espadas, cuervos y dragones. Estudio del fenómeno televisivo Juego de Tronos.

Ya está a la venta el libro Reyes, espadas, cuervos y dragones. Estudio del fenómeno televisivo Juego de Tronos, en el que he tenido el placer de participar.

Elaborado por profesores e investigadores de la Universidad de Sevilla llega un completísimo volumen sobre Juego de Tronos -así como la saga literaria en la que se basa- que analiza el imparable fenómeno televisivo desde una perspectiva multidisciplinar, abarcando todos los aspectos que conforman la aclamada serie de HBO.

Mi aportación a Reyes, espadas, cuervos y dragones viene en forma de dos capítulos que se incluyen en el primer bloque temático del libro. Uno de ellos, escrito mano a mano con Irene Raya Bravo, se titula “El camino hacia Juego de Tronos: Nuevas tendencias en la fantasía cinematográfica y televisiva del nuevo milenio“, y es un recorrido por el audiovisual fantástico en el que se contextualiza la serie. El otro capítulo, ya en solitario, tiene por título “La serie-novela HBO. Juego de Tronos en la era de la televisión por entregas”, donde profundizo en los mecanismos narrativos de la serie y hablo de la imagen de marca HBO, elaborando un estudio de la serialidad y la fragmentación en las dos primeras temporadas.

Pero eso es solo el principio (literalmente). El exhaustivo monográfico incluye una gran variedad de investigaciones, desde un completo análisis audiovisual a un estudio de la maquinaria publicitaria de la serie, pasando por un repaso por los cambios efectuados con respecto a las novelas, una aproximación al fandom de Juego de Tronos, o un detallado desglose de todos sus personajes desde el prisma de los estudios de género. En total, 584 páginas que dan testimonio de la importancia de la serie en la nueva era del drama televisivo, y también, por qué no, la pasión y el ahínco con el que se ha trabajado en este proyecto.

Ha sido más de un año de trabajo, y desde fuertecito no ve la tele deseo agradecer y dar la enhorabuena públicamente a los coordinadores del proyecto, Javier Lozano Delmar, Irene Raya Bravo y Francisco J. López Rodríguez, que han luchado con espada y sin escudo durante todo este tiempo para que saliera adelante, así como a todos los autores que participan en él.

Edita este trabajo FRAGUA -a la que también damos las gracias por la confianza depositada en el libro- dentro de su colección Fragua Comunicación, y podéis adquirirlo a través de su web oficial, en el siguiente enlace: http://www.fragua.es/14-medios-audiovisuales/reyes-espadas-cuervos-y-dragones-estudio-del-fenomeno-televisivo-juego-de-tronos-9788470745683 o físicamente en su sede central, en la calle Andrés Mellado, 64, de Madrid. Aunque sería de agradecer eternamente que lo solicitaseis para vuestras librerías más cercanas o bibliotecas, para promover así la distribución.

Para terminar, os dejo con la descripción del libro que nos facilita Fragua en su página:

“La saga literaria Canción de Hielo y Fuego creada por George R. R. Martin, cuya adaptación está llevando a cabo el canal estadounidense HBO, se ha convertido en una de las producciones televisivas con mayor éxito de audiencia y repercusión internacional de los últimos tiempos. La serie, titulada Juego de Tronos, se enmarca en el contexto reciente de Quality Television y está redefiniendo la noción de fantasía audiovisual a través de una compleja narrativa hiperserial y una excelente puesta en imagen. El presente volumen ofrece un estudio exclusivo y en profundidad de las dos primeras temporadas que conforman Juego de Tronos desde el ámbito de la Comunicación. En esta obra diversos autores analizan las características más destacables prestando especial atención a aspectos como la adaptación de la novela (en términos narrativos y visuales), la construcción audiovisual, el uso de estrategias publicitarias para la promoción de la serie, y los discursos sobre género, poder y religión presentes en esta superproducción televisiva. A través de este enfoque multidisciplinar el lector podrá valorar y comprender mejor la relevancia de Juego de Tronos como uno de los fenómenos televisivos más destacados de la última década”.

Juego de Tronos regresa con su tercera temporada el próximo 31 de marzo en Estados Unidos y el 9 de abril en España. ¿Qué mejor manera de prepararse para volver a los Siete Reinos que leyendo Reyes, espadas, cuervos y dragones? Para acometer el visionado de los nuevos episodios con lo deberes hechos, y ya de paso, hacer su espera más llevadera.