Estrenos destacados (07-06-13): El mensajero, Populaire

El mensajero (Snitch, Ric Roman Waugh, 2013)

John Matthews es un hombre divorciado que ha rehecho su vida con una nueva familia y lleva un próspero negocio de transporte de mercancías. Cuando el hijo adolescente de su anterior matrimonio es víctima de una encerrona y acusado por error de tráfico de drogas, Matthews intentará rebajar la pena de diez años de prisión a la que se enfrenta, colaborando con el Gobierno de los Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. John arriesgará así su vida y la de su nueva familia infiltrándose en un cártel de droga para llevar a cabo una misión suicida a cambio de la libertad de su hijo.

Ya no cabe duda de que Dwayne Johnson, antes conocido simplemente como The Rock -quizás cuando no le preocupaba tanto ser tomado en serio- es un valor seguro del cine de acción. No importa quién dirija o escriba, una película de Dwayne Johnson siempre será “una película de Dwayne Johnson”, y siempre cumplirá con las expectativas y las cláusulas de ‘su’ cine. El mensajero es un thriller melodramático basado en hechos reales y hecho a la medida de Mr. Johnson. La Roca continúa incorporando a sus personajes ese componente humano y sensible que hace que a veces nos olvidemos de que es un monstruo musculoso de 130 kg. Aquí Johnson no es un súper héroe, sino un everyman, un individuo real forzado por las circunstancias a convertirse en un súper hombre -uno que en un momento de gran tensión pide a su mujer que pare el coche para hablar por teléfono.

El cast que acompaña a Johnson en El mensajero es cuanto menos curioso. Susan Sarandon vuelve a demostrar su versatilidad dando vida a la Fiscal Federal sin escrúpulos que supervisa -y manipula- a John para dar caza a uno de los capos de la droga en México. Y como curiosidad para el seriéfilo, también están en el reparto Michael Kenneth Williams, el Omar Little de The Wire repitiendo aquel mítico papel (a grandes rastos, se entiende), Nadine Velazquez -Catalina en Me llamo Earl– como consorte de La Roca (no, en esta película no salta… ni actúa), y John Bernthal, el Shane Walsh de The Walking Dead como co-protagonista. El personaje de Bernthal representa otra cara del mismo problema del sistema judicial norteamericano. Daniel es un ex convicto que trabaja para John, y se ve involucrado en la temeraria misión de su jefe. La historia de superación de Daniel refuerza la denuncia que El mensajero emite contra las injustas e incoherentes leyes contra el narcotráfico en Estados Unidos.

Populaire (Régis Roinsard, 2012)

Francia, finales de los 50, la joven Rose Pamphyle (Déborah François) trabaja en la tienda de su padre, está comprometida en contra de su voluntad y espera un futuro convencional y sumiso. Pero Rose sueña con otra vida, concretamente con el ideal de la mujer moderna: Rose quiere ser secretaria. Para conseguirlo acude a la entrevista (o más bien casting) de un asesor en Lisieaux, Normandía. Louis Echard (Romain Duris) la contrata a pesar de que no se desenvuelve muy bien en la oficina, porque comprueba que Rose tiene un don especial, escribir a máquina -solo con los dedos índices- a una velocidad increíble. Louis entrenará a la muchacha para que esta compita en concursos de mecanografía a nivel nacional, con la aspiración de convertirse en estrella y llegar a la gran competición de Nueva York.

El argumento de Populaire, el debut en el largometraje de Régis Roinsard suena a tontería. Y lo cierto es que lo es. Pero qué tontería tan bonita. Populaire es una película simpatiquísima, fresca, divertida. Y por encima de todo es una absoluta gozada visual. Diseño de producción, vestuario, maquillaje, fotografía, todos los elementos se conjugan a la perfección en una auténtica explosión de colores pastel que bebe tanto de Jacques Demy como de Mad Men.

Las grandes dosis de encantadora ingenuidad y buenas intenciones compensan la inverosimilitud y el absurdo en el que Populaire cae a menudo. Pero es sin duda la química entre sus dos protagonistas, y en especial la arrolladora energía y abrumadora belleza de Déborah François, lo que acaba levantando la película. Eso y las competiciones de mecanografía, que Roinsard y sus montadoras, Laure Gardette y Sophie Reine, logran convertir en eventos de alta tensión.